jueves, 13 de octubre de 2011

Orlan - Sterlac

Orlan no es su nombre, su rostro no es su rostro y su cuerpo ya no es su cuerpo. Orlan es una artista francesa nacida en Saint-Etienne, pero vive y trabaja en New York, Los Angeles y París. Famosa por su trabajo en la cirugía estética en los años noventa, hizo de los quirófanos su centro de estudio, tratando su cuerpo como su principal marco de expresión. Un trabajo que está en constante evolución y innovación.

En su particular concepto de entender el arte, en 1964 comenzó en las calles de su ciudad natal Saint-Etienne unas actividades radicales provocadas por los acontecimientos del mayo francés de 1968. Una particular protesta denominada, “Marche au ralenti“, (camina en cámara lenta). Una marcha que realizó lo más despacio posible entre dos puntos centrales de la ciudad. Fue el comienzo de sus primeras actuaciones y espectáculos en público.
Desde 1965 hasta 1983 representó una compleja actuación, la “MesuRages“, un uso de su propio cuerpo como instrumento de medida, Orlan haría uso de su Orlan-Body como medida en un espacio arquitectónico determinado.
Sus excéntricas representaciones fueron un desafío tanto a las tradiciones más religiosas como al supuesto arte en el mundo. El primero a través de imágenes blasfemas y el segundo con acciones de una interpretación irreal del arte.

Representaciones como “Tableaux vivants” o “Artist´s Kiss” producieron un gran escandalo en París. Orlan se convirtió en una máquina de tragaperras. Tras insertar la moneda descendía hasta el mismísimo “merci”, posteriormente  el autor era galardonado con un beso del artista.
Como una estrella en su propio teatro de la operación, en 1990 dejó su particular túnica santa y decidió ser reencarnada. La reencarnación de Saint Orlan fue el comienzo de una serie de cirugías plásticas en la cual, la artista comenzó a transformarse a si misma en semejanzas de algunas de las pinturas y esculturas históricas más conocidas.


El objetivo de Orlan era conseguir el ideal de belleza como sugieren los grandes artistas que pintaron mujeres.
Las operaciones son coreografiadas y escenificadas por la propia artista. Paco Rabanne diseñó su vestimenta para su primera intervención quirurgica que fue acompañada de música y poesía así como crucifijos, frutas y flores de plástico que fueron esterilizados previamente antes de decorar la sala de operaciones.
Las actuaciones de Orlan podrían interpretarse como rituales de sumisión de la mujer, para ella, la insistencia de que el arte es vida o muerte es parte literal y metafórica de su trabajo.

 Un riesgo que sigue planteando la cuestión de si es una inspiración o una locura.” Puedo observar mi propio cuerpo a cielo abierto, sin sufrimiento…Me veo todo el camino hasta mis entrañas, un nuevo estadio del espejo”. “Puedo ver el corazón de mi amante, su esplendido diseño nada que ver con un sentimiento enfermizo”.”Cariño me encanta el bazo, me encanta tu hígado, adoro el páncreas y la línea del fémur me fascina”.

El comportamiento de Orlan podría interpretarse de forma análoga a los ritos primitivos de la participación del despiece de los cuerpos de las mujeres. Consciente del peligro de su propio destino, su deseo es formar las piezas de siete mujeres diferentes ideales, necesarias para cumplir el deseo de Adan para una Eva creada a su imagen.
Con unas ideas fuera de lo normal, en 1998, crea una serie fotográfica donde su rostro ofrece representaciones faciales, mascaras, esculturas y pinturas de las antiguas civilizaciones.


Su último trabajo en 2007 es una estrecha colaboración con el laboratorio Symbiotica en Australia, en la creación de Bio-instalación del arte, como es el  Escudo Arlequin. Unos materiales compuestos por capa orgánica formados por piezas de piel de distintos colores, edades y orígenes. Un prototipo de chaqueta biotecnologica en la que es usado el más carnal medio de las células de la piel.
Para apoyar su tarea costosa y compleja, Orlan obtiene todos sus ingresos a través de la venta de los derechos de sus fotos, vídeos y entrevistas. Así como exposiciones con muestra de su carne drenada en el cuerpo de la escultura. Un destino comercializado con el fin de completar la creación de las dos intervenciones restantes. El deseo de Adan para una Eva perfecta…Arte o locura?



El resultado de esto fue su manifiesto de Arte Carnal, (Carnal Art) con el que el mundo conoció su obra. En este manifiesto Orlan aclara que es un arte que utiliza los medios técnicos y que si bien es arte carnal, no profundiza en el . Por el contrario, lo que busca es realizar una crítica a la concepción del cuerpo que inculcó el cristianismo: que el dolor físico se convierta en una forma de redención y de camino hacia el paraíso.

Por otro lado, también es una clara crítica a los canones de belleza de todos los tiempos. En sus cirugías ella no busca alcanzar un cuerpo perfecto, sino todo lo contrario. Busca la belleza en el arte, en la transgresión y la diversidad, y lo encuentra, por ejemplo, en los dos “cuernos” que lucen en su frente. En sus cirugías también buscó alcanzar un rostro similar a la Venus de Milo de Boticelli, y la Mona Lisa de Leonardo Da vinci, dos hitos de belleza femenina en el arte.
Esta obra de arte carnal, generó grandes críticas. La primera se refiere a la técnica, a lo que ella responde: “Utilice la cirugía plástica para desviarla de su búsqueda del rejuvenecimiento y para demostrar que la belleza no siempre tiene una apariencia bella”.
La segunda crítica se podría referir al uso nocivo de su cuerpo, y ella responde: “Nuestro cuerpo solo nos pertenece a nosotros y nadie más tiene el derecho de decirnos cual debe ser nuestra apariencia” y repite siempre “He donado mi cuerpo al arte”.

Sterlac - El cuerpo obsoleto

Stelarc nació en 1946 en Limassol, Chipre y vive y trabaja en Australia.  es un artista de performance  cuyas obras se centra principalmente en la ampliación de las capacidades del cuerpo humano. As such, most of his pieces are centred around his concept that the human body is obsolete . Como tal, la mayoría de sus obras se centran en torno a su concepto de que el cuerpo humano es obsoleto. Until 2007 he held the position of Principal Research Fellow in the Performance Arts Digital Research Unit at Nottingham Trent University in Nottingham, England . Hasta 2007 ocupó el cargo de Investigador Principal en la Unidad de Investigación de las Artes Digitales de rendimiento en la Universidad de Nottingham Trent en Nottingham, Inglaterra. En la actualidad es profesor visitante en la Escuela de Artes de la Universidad de Brunel , Londres del oeste.



Stelarc, el cuerpo humano es un dispositivo obsoleto

"El cuerpo es una arquitectura en evolución que opera y esta atenta al mundo, altera su arquitectura es ajustarse a su conciencia, el cuerpo siempre a sido un cuerpo protético, aumentando por sus instrumentos y maquinas”

 

Actuaciones idiosincrásicas Stelarc A menudo, los robots u otras tecnologías relativamente moderno e integrado con su cuerpo de alguna forma. En 25 actuaciones diferentes que se ha suspendido en suspensión de carne de gancho , a menudo con uno de sus inventos robóticos integrados. En otra actuación que permitió a su cuerpo para ser controlado remotamente por los estimuladores musculares electrónicos conectados a Internet. También ha actuado con un tercer brazo robótico y un neumático en forma de araña de la máquina a pie de seis patas que se encuentra el usuario en el centro de las piernas y les permite controlar la máquina a través de gestos del brazo. Sus obras han sido anunciados por sus habilidades para abrazar a un público más amplio, el mejor ejemplo de esto fue su reserva para el público en todo el mundo para acceder a la exposición y por lo tanto el acceso o el control de los electrodos se enganchó su propio cuerpo.

La imagen de su cuerpo flotando, metafóricamente aislado de la realidad, ha recorrido el mundo entero. La performance fue titulada Suspensions, Sterlac (1946) armó un mecanismo simple: atravesó su piel con 18 ganchos, cada gancho tenía atado un hilo que a su vez estaba atado a una piedra. El total de piedras utilizadas equilibraban el peso total del sistema, entonces el artista quedaba en el aire. Fue una obra polémica, pero no sólo por la primera impresión que causó (ver un cuerpo clavado a una serie de ganchos no es poca cosa), la intención fue demostrar que la materia que compone el cuerpo humano se puede contrarrestar con unas simples piedras, una reflexión sobre el valor de su existencia.

Hay dos conceptos fundamentales en la obra del griego-australiano Stelarc, por un lado la idea de que el cuerpo humano está obsoleto, plagado de limitaciones que la tecnología puede suplir. Y por otro, la noción de Tecnoevolución, la interacción a nivel biológico entre el cuerpo y los adelantos científicos. Propósito que queda evidenciado en Third arm [Tercer brazo]. Stelarc adjuntó a su cuerpo un dispositivo robótico que simula a un brazo humano, controlado por impulsos nerviosos, con independencia de movimientos, muchos de ellos imposibles para la anatomía convencional. Por ejemplo, la mano electrónica es capaz de rotar 300 grados.


En cada una de sus creaciones, el artista subraya que la cibercultura y la era de la información son en realidad un desafío para el ser humano; la evolución biológica lleva a una parálisis, a un ser defectuoso para impulsar una verdadera expansión mental al servicio y la velocidad del mundo contemporáneo. “La evolución acaba cuando la tecnología invade el cuerpo. El cuerpo no debe entenderse como sujeto, sino como objeto, pero no como objeto de deseo sino como objeto de diseño”, explica Stelarc.
También ha utilizado los órganos de su cuerpo como instrumentos musicales, pero no en base a los sonidos naturales, sino forzándolos con agentes externos. Por ejemplo, grabó piezas de música electrónica con los latidos de su corazón alterado en potencia y ritmo por medio de convertidores Doppler. También amplificó los sonidos de sus rodillas y de su estómago.


Su obra Muscle Machine es un robot de cinco metros de diámetro que camina con sus seis patas hidráulicas. Es una máquina-hombre que consta de musculatura propia, altamente flexible, realizada con goma y pistones metálicos. En el centro se ubica la persona que lo va a conducir, su cuerpo está conectado al robot para accionar el sistema de un modo completamente intuitivo. Sólo es necesario mover el torso y las extremidades para generar movimientos. En base a una serie de decodificadores, las articulaciones de la cadera proporcionan los datos necesarios para dirigir la máquina, desde variar la velocidad a la que viaja hasta accionar la motricidad fina. El operador, por ejemplo, con solo levantar una pierna levanta tres patas del robot. Es una interfaz directa, el cuerpo y la máquina funcionan al unísono, como una sola pieza.
Una idea latente en la obra de Stelarc es la búsqueda de la inmortalidad. La sustitución de componentes biológicos por tecnología artificial permitirían una mayor durabilidad, e incluso habilitar nuevos contextos y hábitats para la vida cotidiana. El artista trabaja en profundidad la posibilidad de explorar el espacio. Asegura que la interconexión entre entes posthumanos, armados con brazos robóticos, permitirán tocar asteroides e instalarse en superficies lejanas. “El cuerpo dejará atrás sus limitaciones terrenales, entonces sí acelerará su evolución”, apunta. Y aunque se pueda interpretar alguna connotación religiosa en el diseño de sus conceptos, Stelarc es muy claro al respecto: su obra no entiende de existencias divinas, avanza por fuera de cualquier dogma místico.






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